Este cuento recibió el tercer premio en lengua castellana
en el concurso de "Relatos Asombrosos" organizado
por la Casa Vasca de Corpus Christi, pcia. de Misiones
—¡Acá hay un fantasma!
La frase cayó como un rayo
en medio de un cielo estrellado. Todos se miraban azorados pensando que el
administrador se había vuelto loco o les estaba haciendo un chiste de mal
gusto.
—Disculpe, soy el nuevo propietario
del 9º “C”, me parece que no entendí bien, ¿habló de un fantasma?, ¿uno que
arrastra cadenas y se viste con una sábana blanca?
—Fui muy claro con lo que
dije, señor: hay un fantasma en este edificio, no arrastra cadenas ni usa
sábana pero es definitivamente un fantasma.
—Perdón, pero ¿de dónde saca
esas fantasías? ¡Un fantasma! ¡Qué ridiculez!
—¡Ninguna ridiculez! ¡Las
pruebas son contundentes!
—¿Y cuáles son esas pruebas
si se puede saber? —respondieron los
copropietarios.
—Como ustedes ya saben, en
las últimas semanas han ocurrido varios sucesos llamativos. Todos los viernes a
la noche uno de los ascensores parece volverse loco, sube y baja a toda velocidad, entre ocho y
diez veces, para detenerse bruscamente en cualquier piso, sin ninguna explicación.
Siempre con pasajeros a bordo.
—Yo soy ingeniero mecánico y
lo que usted dice no tiene sentido. Deben haberse colado en la sala de máquinas
algunos de los técnicos que viven en el 5º y manipularon los mecanismos —acotó
con ese aire de superioridad tan propio de los especialistas.
—A mí me pasó y le aseguro
que es algo espeluznante.
—Todo fue verificado y no
hemos hallado nada. Además las filmaciones no muestran a nadie en dicha sala,
único lugar donde podría haberse efectuado alguna manipulación.
—De todos modos debe haber
alguna explicación lógica. ¡Eso no es suficiente para decir que hay fantasmas!
—El encargado ha visto una
forma vaporosa deslizándose por las escaleras cuando las estaba limpiando. Y no
una sino por lo menos cinco veces.
—¡Habrá puesto alguna mezcla
de detergente y lavandina en el balde que le provocó alucinaciones!
—¡Sí! ¡O quizás vio los
vapores etílicos del vino que toma en abundancia! ¡Si lo habremos visto
borracho! —comentó el vecino del 6 “B” con una mueca de desprecio.
—Mi tía Eulalia diría que se
trata de “la luz mala”, de la que tanto se habla en el campo.
—¡Por favor señores! ¡No se
vayan por las ramas! ¡Concentrémonos en el punto a tratar hoy! ¡Nuestro
fantasma!
—¿Y qué otras pruebas hay de
que nos enfrentamos a un fantasma y no a un copropietario con un particular sentido
del humor?
—La señora del 2º “C” dice
que lo vio atravesando la pared de su living hacia el balcón, donde desapareció. Lo describió
como un hombre de larga barba blanca que…
—¡No me diga que vio a Moisés
trayendo las tablas de la ley!
—¿O era Papá Noel fuera de
fecha! ¿No se fijaron si estaban los renos en el balcón?
—¡Orden por favor! —pidió el
administrador, temiendo ya que el desborde verbal de los presentes, desviara el
orden del día hacia vericuetos por demás inimaginables.
—Disculpen mi intervención.
Vivo en el 4º “D”. No sé si se trata de un fantasma, pero sí he visto que
algunas veces el agua se comporta de manera extraña.
—Sí, es cierto, cuando se la
mezcla con vodka. Puede dar delirium tremens.
—Sé que suena raro, yo misma
no lo creí al principio. Pero el fenómeno se repitió varias veces,
especialmente al lavar el balcón. Las últimas gotas de agua, en vez de
escurrirse por el desagüe, saltan y vuelven a entrar en la canilla.
—Me alegra que alguien más
haya visto esto. A mí me pasó bañando a mi perro, las últimas gotas saltaron
hacia el grifo.
—¿Ustedes han estado fumando
algún hongo alucinógeno últimamente? Sólo así se explicaría lo que han visto. —comentó
socarronamente la abogada del 4 “A”.
—Perdón señores; pero este
fenómeno ha sido denunciado por al menos un copropietario de cada piso y las
declaraciones coinciden en un punto: el agua hace cosas raras. Antes de ayer,
al desagotar la bañera del 8º “A”, el remolino que se forma en vez de irse
hacia abajo, subió formando una columna y saltó para mojar a la dueña. Lo hemos
visto en la filmación que su hijo hizo con su celular.
—Aún suponiendo que esta
locura fuera cierta, ¿qué es lo que se sugiere hacer?, ¿llamar a un exorcista?,
¿convocar a un chamán mexicano?, ¿buscar un libro de hechizos?
—Buen punto. Sugiero empezar
con un exorcista. Me hablaron de uno muy bueno que está en la iglesia ortodoxa,
el padre Juan, ofrece un servicio gratuito. Si los señores copropietarios están
de acuerdo, podría convocarlo para este sábado a las 19h. Es necesario que
pueda entrar a todas las unidades para que su tarea resulte efectiva.
—Algo así como el servicio
de control de plagas que aseguran resultados sólo si entran en todos los
departamentos ¿verdad?
—Disculpe, pero no creo que
sea posible, aquí viven también judíos y musulmanes, no creo que permitan la entrada a sus hogares a un
sacerdote de otra religión para hacer un exorcismo.
—Se les podría pedir que
traigan a un rabino y a un imán para que los tres recorran todo el edificio; de
este modo no creo que se opongan y de paso contribuimos a la integración
religiosa y a la paz mundial.
—¡Apoyo la moción! ¿Quién
más está de acuerdo?
—¡Yo! —casi gritaron al
unísono todos los presentes; no tanto porque les pareciera buena la idea, sino
porque muchos estaban desesperados por ir a cenar.
—¡Muy bien! Dejo constancia
en el acta que la asamblea acepta, por unanimidad, que se convoque al padre
Juan, a un rabino y a un imán para efectuar una “limpieza espiritual” del edificio,
a realizar el sábado próximo a partir de las 19h. Los copropietarios se
comprometen a permitir el acceso a sus unidades, en las que deberá estar
presente un mayor de edad ¿Alguien más desea agregar algo?
—¿Qué garantías podemos
tener del resultado de esta operatoria? —insistió la abogada con su aire
doctoral.
—En este punto voy a ser muy
preciso: absolutamente ninguna. Se trata de una primera acción para lograr
solucionar nuestro problema.
—¿Y si los fenómenos
continúan o empeoran?
—En ese caso haríamos otra
reunión para analizar los pasos a seguir.
Desde su consola en la nube
A-1-JFG, San Pedro se muestra satisfecho con el resultado que ve en su
pantalla.
—Parece que tenías razón,
Igdrael. Tu procedimiento ha dado sus primeros resultados. La maestría en
táctica y estrategia que completaste este año se revela como una gran
herramienta para captar nuevos adeptos.
—¿Vio que al final yo tenía
razón? En lo primero en que iban a pensar era en hacer un exorcismo. Ahora sólo
hay que vigilarlos y si no retoman sus prácticas religiosas, será cuestión de
darles algún otro susto; y en poco tiempo tendremos nuevamente las iglesias
rebosantes de gente.
—¡Eso espero! Cuando termine
esta etapa prepárame un informe para elevarlo al Gran Jefe. Se va a poner muy contento.
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