lunes, 21 de agosto de 2017

EL MAR SOÑADO

Este microcuento tuvo una mención especial del jurado
en el concurso organizado por Letras Como Espada 
en el mes de julio 2017



¡Tanto le habían hablado el mar! Ella soñaba con él todas las noches. Pero su pueblo estaba demasiado lejos como para intentar llegar a una playa y no contaba con los medios necesarios.
Un día, alguien le regaló una caja de pinturas, su corazón dio un vuelco. Sobre la pared del dormitorio pintó la imagen de sus sueños con los más hermosos tonos de azul ilusión. Tan real parecía que se adentró en "su" mar para ya no regresar. Solo unas gotas de agua salada en el piso dieron cuenta de su partida.


 © Mirta Mineo - Todos los derechos reservados - Inscripto en el Registro Nacional de la Propiedad Intelectual

lunes, 7 de agosto de 2017

LA REUNIÓN DE CONSORCIO

Este cuento recibió el  tercer premio en lengua castellana
en el concurso de "Relatos Asombrosos" organizado
por la Casa Vasca de Corpus Christi, pcia. de Misiones

—¡Acá hay un fantasma!

La frase cayó como un rayo en medio de un cielo estrellado. Todos se miraban azorados pensando que el administrador se había vuelto loco o les estaba haciendo un chiste de mal gusto.

—Disculpe, soy el nuevo propietario del 9º “C”, me parece que no entendí bien, ¿habló de un fantasma?, ¿uno que arrastra cadenas y se viste con una sábana blanca?

—Fui muy claro con lo que dije, señor: hay un fantasma en este edificio, no arrastra cadenas ni usa sábana pero es definitivamente un fantasma.

—Perdón, pero ¿de dónde saca esas fantasías? ¡Un fantasma! ¡Qué ridiculez!

—¡Ninguna ridiculez! ¡Las pruebas son contundentes!

—¿Y cuáles son esas pruebas si se puede saber?  —respondieron los copropietarios.

—Como ustedes ya saben, en las últimas semanas han ocurrido varios sucesos llamativos. Todos los viernes a la noche uno de los ascensores parece volverse loco,  sube y baja a toda velocidad, entre ocho y diez veces, para detenerse bruscamente en cualquier piso, sin ninguna explicación. Siempre con pasajeros a bordo.

—Yo soy ingeniero mecánico y lo que usted dice no tiene sentido. Deben haberse colado en la sala de máquinas algunos de los técnicos que viven en el 5º y manipularon los mecanismos —acotó con ese aire de superioridad tan propio de los especialistas.

—A mí me pasó y le aseguro que es algo espeluznante.

—Todo fue verificado y no hemos hallado nada. Además las filmaciones no muestran a nadie en dicha sala, único lugar donde podría haberse efectuado alguna manipulación.

—De todos modos debe haber alguna explicación lógica. ¡Eso no es suficiente para decir que hay fantasmas!

—El encargado ha visto una forma vaporosa deslizándose por las escaleras cuando las estaba limpiando. Y no una sino por lo menos cinco veces.

—¡Habrá puesto alguna mezcla de detergente y lavandina en el balde que le provocó alucinaciones!

—¡Sí! ¡O quizás vio los vapores etílicos del vino que toma en abundancia! ¡Si lo habremos visto borracho! —comentó el vecino del 6 “B” con una mueca de desprecio.

—Mi tía Eulalia diría que se trata de “la luz mala”, de la que tanto se habla en el campo.

—¡Por favor señores! ¡No se vayan por las ramas! ¡Concentrémonos en el punto a tratar hoy! ¡Nuestro fantasma!

—¿Y qué otras pruebas hay de que nos enfrentamos a un fantasma y no a un copropietario con un particular sentido del humor?

—La señora del 2º “C” dice que lo vio atravesando la pared de su living hacia  el balcón, donde desapareció. Lo describió como un hombre de larga barba blanca que…

—¡No me diga que vio a Moisés trayendo las tablas de la ley!

—¿O era Papá Noel fuera de fecha! ¿No se fijaron si estaban los renos en el balcón?

—¡Orden por favor! —pidió el administrador, temiendo ya que el desborde verbal de los presentes, desviara el orden del día hacia vericuetos por demás inimaginables.

—Disculpen mi intervención. Vivo en el 4º “D”. No sé si se trata de un fantasma, pero sí he visto que algunas veces el agua se comporta de manera extraña.

—Sí, es cierto, cuando se la mezcla con vodka. Puede dar delirium tremens.

—Sé que suena raro, yo misma no lo creí al principio. Pero el fenómeno se repitió varias veces, especialmente al lavar el balcón. Las últimas gotas de agua, en vez de escurrirse por el desagüe, saltan y vuelven a entrar en la canilla.

—Me alegra que alguien más haya visto esto. A mí me pasó bañando a mi perro, las últimas gotas saltaron hacia el grifo.

—¿Ustedes han estado fumando algún hongo alucinógeno últimamente? Sólo así se explicaría lo que han visto. —comentó socarronamente la abogada del 4 “A”.

—Perdón señores; pero este fenómeno ha sido denunciado por al menos un copropietario de cada piso y las declaraciones coinciden en un punto: el agua hace cosas raras. Antes de ayer, al desagotar la bañera del 8º “A”, el remolino que se forma en vez de irse hacia abajo, subió formando una columna y saltó para mojar a la dueña. Lo hemos visto en la filmación que su hijo hizo con su celular.

—Aún suponiendo que esta locura fuera cierta, ¿qué es lo que se sugiere hacer?, ¿llamar a un exorcista?, ¿convocar a un chamán mexicano?, ¿buscar un libro de hechizos?

—Buen punto. Sugiero empezar con un exorcista. Me hablaron de uno muy bueno que está en la iglesia ortodoxa, el padre Juan, ofrece un servicio gratuito. Si los señores copropietarios están de acuerdo, podría convocarlo para este sábado a las 19h. Es necesario que pueda entrar a todas las unidades para que su tarea resulte efectiva.

—Algo así como el servicio de control de plagas que aseguran resultados sólo si entran en todos los departamentos ¿verdad?

—Disculpe, pero no creo que sea posible, aquí viven también judíos y musulmanes, no creo que  permitan la entrada a sus hogares a un sacerdote de otra religión para hacer un exorcismo.

—Se les podría pedir que traigan a un rabino y a un imán para que los tres recorran todo el edificio; de este modo no creo que se opongan y de paso contribuimos a la integración religiosa y a la paz mundial.

—¡Apoyo la moción! ¿Quién más está de acuerdo?

—¡Yo! —casi gritaron al unísono todos los presentes; no tanto porque les pareciera buena la idea, sino porque muchos estaban desesperados por ir a cenar.

—¡Muy bien! Dejo constancia en el acta que la asamblea acepta, por unanimidad, que se convoque al padre Juan, a un rabino y a un imán para efectuar una “limpieza espiritual” del edificio, a realizar el sábado próximo a partir de las 19h. Los copropietarios se comprometen a permitir el acceso a sus unidades, en las que deberá estar presente un mayor de edad ¿Alguien más desea agregar algo?

—¿Qué garantías podemos tener del resultado de esta operatoria? —insistió la abogada con su aire doctoral.

—En este punto voy a ser muy preciso: absolutamente ninguna. Se trata de una primera acción para lograr solucionar nuestro problema.

—¿Y si los fenómenos continúan o empeoran?

—En ese caso haríamos otra reunión para analizar los pasos a seguir.





Desde su consola en la nube A-1-JFG, San Pedro se muestra satisfecho con el resultado que ve en su pantalla.

—Parece que tenías razón, Igdrael. Tu procedimiento ha dado sus primeros resultados. La maestría en táctica y estrategia que completaste este año se revela como una gran herramienta para captar nuevos adeptos.

—¿Vio que al final yo tenía razón? En lo primero en que iban a pensar era en hacer un exorcismo. Ahora sólo hay que vigilarlos y si no retoman sus prácticas religiosas, será cuestión de darles algún otro susto; y en poco tiempo tendremos nuevamente las iglesias rebosantes de gente.

—¡Eso espero! Cuando termine esta etapa prepárame un informe para elevarlo al Gran Jefe. Se va a poner muy contento.


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