Mi humilde homenaje a todos los poetas
Dolor
en el alma,
tripas
que se anudan,
congoja
que aumenta,
angustia
infinita
trepando
por los huesos.
Un
cuchillo corta,
hiere
y desangra.
La
tensión
toma
las riendas,
maneja
los dedos,
mueve
las manos
que
raudas se deslizan
sobre
un teclado,
o
se aferran a una lapicera,
cual
náufrago
a
una tabla solitaria
rumbo
a la sanación
de
las heridas
que
solo se alivian,
por
un instante,
ínfimo,
que
se quiere eterno,
cuando
la creación toma forma.
¡Vana
ilusión!
Un
momento apenas
y
la angustia
vuelve
a asfixiar
al
poeta
obligado
a escribir
sin
sosiego ni respiro,
sin
tregua ni descanso.
Y
así será
hasta
el final de sus días.
© Mirta Mineo - Todos los derechos reservados - Inscripto en el Registro Nacional de la Propiedad Intelectual
No hay comentarios:
Publicar un comentario